El acuerdo secreto entre los hipódromos y la Policía Bonaerense para fomentar el Juego Clandestino

23.12.2016

Tal y como lo dimos a conocer en diversos medios, el ex presidente del Instituto de Lotería y Casinos bonaerense, Eugenio López Melitón, dejó al descubierto a varios cabecillas del juego clandestino en el Hipódromo de La Plata y de San Isidro. A raíz de ello, trascendió el acuerdo secreto que efectivos de la policía provincial mantendrían con estas dependencias.

En el Hipódromo de La Plata la modalidad sería la siguiente: Por un lado se encontraría Mabel Lehocky, una efectivo retirada que, a pesar de estar imposibilitada de cumplir funciones, seguiría trabajando gracias a un "prestanombre" que le permitiría cobrar su sueldo cada fin de mes. Aunque suene insólito, esta resulta una práctica habitual dentro de la Policía Bonaerense.

Lehocky coordinaba a toda la policía que actúa de custodia dentro del Hipódromo platense. A pesar de haber desempeñado ese rol durante muchos años, supo ganarse el desprecio de una gran parte de los efectivos, quienes preferirían perder el adicional antes de ser "cómplices" de los manejos de Fernando Holos y sus lugartenientes.

Los otros dos policías integrantes de este acuerdo secreto serían el mayor Jorge Argañarazy el oficial inspector Bruno Santiago Scarsi, quienes desempeñan funciones en el Grupo Operativo de la DDI y harían las veces de cajeros de los negocios clandestinos, también al servicio de Holos. Aunque hasta hace algunas semanas estos efectivos no solían aparecer en las instalaciones del Hipódromo, con el cambio de gestión debieron adaptarse y cambiar su comportamiento.

La última pata de este acuerdo sería el juez César Melazo. Según explicó un implicado al portal bonaerense REALPOLITIK, "todos" trabajarían para él, "el número uno". De hecho, en el radiopasillo de tribunales bonaerenses se rumorea que sectores vinculados a la Justicia lo tendrían en la mira.

Hay un dato central en esta historia, que resulta fundamental para entender el lugar que ocupa el funcionario judicial. Melazo es amigo personal del padre de Holos y, tal y como indicamos anteriormente, fue justamente su hijo el heredero de esta empresa familiar.

Respecto al Hipódromo de San Isidro la modalidad era la siguiente: al igual que en La Plata lo hacía Mabel Lehocky, en San Isidro el efectivo bonaerense retirado era Ponciano Robledo. El mismo cobraba cada mes una cuantiosa suma de dinero (según los investigadores actualizado el importe era de unos 6 millones de pesos anuales), en calidad de servicio adicional. La trampa era que por un lado solo se cubría el 20 por ciento del servicio, y por otro el resto del dinero se cobraba en negro en cash. Dicho dinero era proveniente del Fondo de Reparación y era justificado por los funcionarios del Hipódromo como servicio cumplido. El contratante del servicio era el ex gerente de Carreras César Serafini, amigo personal de Robledo. El jefe de Robledo era el Comisario Juan Ruggiero, titular de la Comisaría Primera de San Isidro. Existía además una red de 13 policías que protegían a los banqueros de juego clandestino, los escoltaban, e intimidaban a los investigadores. Hay otras dos personas que fueron claves para que esto ocurra, el actual gerente de carreras Carlos Rial, y el presidente de Carreras Pablo Piffaretti. Según cuentan fuentes del círculo cercano a Rial, éste menciona que él no es responsable porque la firma es de Piffaretti quien es miembro de la comisión directiva, y que sólo cumplía órdenes. Es sugestivo que Piffaretti apartara de su camino a la consultora que denunció inicialmente en enero de 2016 en asuntos internos de la Policía Bonaerense a la mencionada mafia policial, prohibiéndoles seguir investigando. También lo es que el mismo haya convencido al resto de la Comisión Directiva de apartar al ex protesorero del Jockey Club, Carlos Mackinlay, promotor junto con la mencionada consultora de la desarticulación de la banda policial interna. Consultadas fuentes cercanas al mismo, se sabe que el último enojo y decisión de cerrar filas de Piffaretti fue cuando auditores externos descubrieron un sabotaje de personal de cómputos a la señal de televisión del Hipódromo de la Plata, en una maniobra organizada para hacer quedar mal a Melitón López.

La salida de Melitón López y la tibieza del Presidente del Jockey Club Miguel Crotto, han dejado como consecuencia a esta célula de malversadores activa, se sabe que desde la gobernación no le van a perdonar el desatino de permitir el despilfarre de millones de pesos que no le pertenecen sino que son de los contribuyentes, y se espera que durante el 2017 se tenga desde la Provincia un control mas estricto de los fondos destinados a San Isidro, en la actualidad unos 30 millones de pesos por mes, que están en manos de la mencionada banda.

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