El Hipódromo de San Isidro está en su etapa más oscura

14.03.2017

En la editorial publicada en la Revista Palermo, titulada "Otra Mirada sobre los subsidios" de octubre de 2016, se hacía referencia a la desproporción de medios de los hipódromos de San Isidro y La Plata respecto al de Palermo, justificando el subsidio a la actividad. Nada más actual para comentar cuál es la situación que se está viviendo en el Hipódromo de San Isidro. 

Como amantes del turf y trabajadores relacionados con el mismo, no podemos menos que estar de acuerdo con la intención de la nota, pero debemos hacer una salvedad. En la nota de la revista de la familia Conforti se menciona sobre el final "En un cálculo conservador de la hípica argentina viven 500 mil personas. Por tanto, que nos apoyen con un canon o un subsidio generado por la propia industria del juego no es inadecuado ni mucho menos un gasto público inapropiado. Luego, que nosotros lo malgastemos es otra cosa. Puertas para adentro lo que se hace con ese dinero hay que debatirlo porque lejos de ser un estímulo energizante se transformó en una píldora adormecedora." El tema de cómo se administra es como dice el editor la clave del problema. 

Venimos denunciando la administración fraudulenta del fondo de reparación por parte de las autoridades del Hipódromo de San Isidro y del Hipódromo de la Plata. Por suerte éste último tomó las medidas adecuadas para corregir el rumbo, sin embargo, en San Isidro aún continúa la misma dirigencia corrupta llevándose este dinero no para el bien de esos 500.000 trabajadores, sino para el de ellos mismos (y sus amigos proveedores). Se han iniciado diversas investigaciones que manejan claras pruebas de la malversación de estos fondos, y se sabe que la Gobernadora Vidal tiene una lupa puesta sobre este asunto.

En otra parte de la editorial, la revista Palermo menciona luego de comentar la situación fructífera del Hipódromo de Palermo: "En San Isidro la situación es diferente, dado que está acotado por ser administrado por una sociedad sin fines de lucro -el Jockey Club- y limitado desde el punto de vista político por un acuerdo entre el poder municipal y la Iglesia para evitar la instalación de slots. Así, el circo del Norte aparece maniatado y sin posibilidades de darle pelea a la modernidad." Nos permitimos disentir en este punto. Los slots no son la única solución a la modernidad: en el Jockey Club hubieron dirigentes y gerentes con planes para modernizar el Hipódromo de San Isidro y atraer inversión privada no del juego, sino del rubro gastronómico, eventos y publicitario, pero éstas iniciativas fueron prohibidas y perseguidos sus autores por parte del Presidente de la Comisión de Carreras Pablo Piffaretti (foto) y de toda la gerencia de carreras, quienes considera que el hipódromo solo debe ser para carreras de caballos. En el caso particular del Lollapalooza, dicho festival se realiza gracias a un contrato previo, y sus organizadores tuvieron y tienen innumerables trabas organizadas artificialmente por la gerencia de carreras para desalentar su continuación (sobre éste espectáculo publicaremos una nota aparte). Semejante pensamiento retrógrado es propio de aquel que hace mal uso de una subvención, considerando que es un derecho adquirido para pagar un hobby caro y mantener la famosa cadena de la felicidad (para unos pocos). 

A pocas semanas de terminar el mandato de ésta diezmada Comisión de Carreras dirigida en forma unipersonal, lo que se recibe con creciente optimismo por parte de las listas opositoras y la oficialista del Jockey Club, éste debería ser el último resabio de un pensamiento propio de los 70, época en la que el mencionado funcionario se inició en la actividad gracias a su nominación por parte de sus amigos de la dictadura como interventor de hipódromos. Deseamos fervientemente que cualquiera sea la futura Comisión Directiva del Jockey Club, no cometan los errores de la actual Comisión de Carreras, que denuncien a quienes malversaron el dinero de la Provincia de Buenos Aires, y utilicen las iniciativas no para perseguir empleados y favorecer amigos, sino para gestionar como corresponde, como se hizo en Palermo, para que las instalaciones del Hipódromo de San Isidro sean puestas en valor, para que el dinero del fondo de reparación que sale del bolsillo de todos los que pagamos impuestos sea utilizado en algo que se vea, y para que una administración eficiente permita generar trabajo e ingresos genuinos terminando con uno de los peores ejemplos de una subvención que solo mantiene en la actualidad el hobby de unos pocos, dentro de un enorme muerto en el medio de San Isidro el cual ni siquiera sus vecinos pueden disfrutar.

hipodromosindelincuentes@hotmail.com
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