Las elecciones en el Jockey Club. Un momento de decisión.

07.04.2017

Como todos los periodos de elecciones, marzo y abril son dos meses en el Jockey Club donde se definen las listas de candidatos. Este año hay dos listas favoritas y otras menores. Las primeras son el oficialismo con la Lista Unidad, liderada por el actual presidente Miguel Crotto Sojo y apoyada por Bruno Quintana, y la oposición con la Lista Bordó la lista liderada por Eduardo Cermesoni apoyada por el aclamado Enrique Martínez de Hoz que es la actualización y continuidad de la gestión de Enrique Olivera y los planes que no se pudieron implementar dado su triste fallecimiento.

Independientemente de las diversas opiniones y preferencias referentes a uno u otro de los candidatos, lo que se juega en estas semanas para el Jockey Club no es quién de los dos será el ganador, sino la continuidad o no de una gestión con fuertes índices de corrupción, malversación, participación en mafias del juego y de la "maldita policía", y la clara y evidente incapacidad de gestión que solo puede verificarse con recorrer el ruinoso hipódromo. La incógnita para todo el Jockey Club es si el presidente Crotto y su mesa de apoyo podrán ganarle la pulseada al actual presidente de Carreras Pablo Piffaretti, quien se atrincheró en el Hipódromo de San Isidro dispuesto a no ceder su puesto al precio de embarrar mucho la cancha si finalmente le piden que se baje, en una clara posición de desafío a Crotto. Una de las medidas de dicho plan de aferrarse a su puesto (al mejor estilo sciolista en la pasada elección donde la opción era ir por todo o ir preso) es el reciente ascenso de uno de los más claros partícipes del histórico arreglo con las mafias bonaerenses del juego clandestino, Andrés Arbulu, operador de "Piedrita" Rodríguez, quien se ganó el apoyo de Piffaretti en detrimento del disminuido y golpeado títere que hasta ahora obedeció ordenes de los mafiosos, Carlos Rial, tan cuestionado por propios y ajenos que decidieron entre la mesa chica de Carreras el reemplazo (como hombre de confianza) por alguien más preparado y menos tóxico que Rial como Arbulu. No es casualidad que comiencen a aparecer traiciones internas y testimonios contra los desmanejos de Carlos Rial, a quien le quedó muy grande el puesto de Gerente de Carreras dada su nula preparación y a quien su mentor y padrino, el "Pulpo" César Serafini, padre de todos los negociados internos, le soltara la mano mucho antes que se la suelten a él. Este vacío a Rial  es fomentado no por enemigos externos ni por la oposición, sino por una maniobra de la comisión de Carreras de separarse de las ovejas más negras y así justificar una auto limpieza. 

Desde la oposición celebran estas diferencias e internamente ven con entusiasmo la posibilidad de que Piffaretti salga publicado en la lista oficialista, ya que su cuestionada imagen entre los socios que lo consideran ajeno a la clase educada y moderada que caracteriza al club, haría desistir de su apoyo a cientos de simpatizantes de la lista Unidad. La estrategia de Crotto de no publicar la lista para evitar un cisma interno o una vertiginosa pérdida de votos solo muestra una característica que lo ha acompañado en toda su gestión: una fuerte debilidad, tibieza de gestión, y un a esta altura sospechoso miedo a enfrentarse con Piffaretti.

Los nuevos vientos de cambio en Argentina y la clara línea de la política nacional de combatir a la corrupción junto con la intolerancia de la gente a funcionarios que roben dinero del erario público, ha caído como un collar de plomo que arrastra el presidente menos preparado en la historia del Jockey Club para tomar decisiones. Lo cierto es que difícilmente pueda ganar las elecciones cualquier lista que no esté decidida a borrar todo atisbo de corrupción, de pasado, de ineficiencia o de cualquier actitud que no esté ajustada a los tiempos y a la paciencia del socio y del ciudadano en general. Poco ha hecho para colaborar con el actual presidente el exclusivo grupo de simpatizantes que lleva el ampuloso nombre de "Fundadores" y que fogoneados por el oficialista Urbano Diaz de Vivar, brega por la vuelta al pasado aristocrático sin siquiera comprender las realidades actuales del club.

El único aliado de Crotto si continúa con su mano débil es el desconocimiento de la mayoría de los socios de lo que pasa en el Hipódromo, área de influencia de no más de 400 votantes. Un mínimo arrime a la realidad de cualquiera de los simpatizantes de la lista Unidad (que recibieron un mail hablando de la "excelente" gestión realizada en Carreras entre otras áreas), descubriría las mentiras y haría tambalear su decisión. Según fuentes del oficialismo esto es lo que le reclaman a Crotto los miembros de la Comisión más representativos, quienes le exigen que se separe de Piffaretti y que no tenga como única estrategia el márketing. Es muy probable que en las próximas semanas se defina un "golpe interno" poco visible que finalmente convenza a Crotto de que tiene que dar un golpe de timón antes de estrellarse con la realidad.   

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